Cuanto más nos alejamos del Ecuador, la vegetación es más escasa, con poquísimos arbustos y matorrales que dan paso al desierto, donde la vegetación es inexistente. La sequedad del aire explica el calor del día y el frío de la noche. Los cambios térmicos provocan la erosión de los relieves, y se forman dunas. La población se reúne en los oasis, donde hay agua y grupos de pastores nómadas. Algunos paisajes desérticos se han transformado en carreteras, que conducen a pozos de petróleo.
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